Historia y rescate de Pelusa:
 

 

MENSAJE ORIGINAL QUE DIFUNDÍ EL 23/01/2010 21:13:

Creemos que tenía una hija, esta preciosa podenquita, cachorra aún, quien también tiene una patita herida y muy inflamada.
Andaba por el mismo sitio que la galguita.
La estoy llevando de comer todos los días porque está muy delgadina.
Tiene mucho miedo de todo, de los petardos, de las personas, de un papel que pase volando por su lado.
A nadie le ha interesado nunca lo que pueda ser de su vida.
Poquito a poco me va tomando confianza, pero hasta comiendo no me quita la vista de encima, por si me acerco, pero al menos la tengo localizada.
Esta podenquita tiene que ser cogida con jaula-trampa, no creo que haya otra forma, porque sabemos el sitio donde para.
Pronto se quedará preñada, seguro y ¿qué será de ella y de sus cachorros?. Es una preciosidad, se merece cariño y una oportunidad, etc., etc., etc. (todo lo demás era para su mamá)

HISTORIA:

Esta preciosa podenquita anduvo siempre por los campos y huertos de la zona, llenos de cepos, donde al principio estaba su mamá, Vera. Nadie le hizo el menor caso nunca, a nadie importó jamás su desamparo, su abandono, era un ser invisible a los ojos de quien la viera pasar con su patita herida, buscando comida...

Desde el día que la conocí me propuse a mí misma sacarla de la calle. El acercamiento a ella fue muy lento, desconfiaba del ser humano que tanto daño debió causarle. Nunca dejaba que me acercara a ella a menos de 10-20 metros. Apartir de conocerla, iba todos los días a llevarle comida. Llegaba, silbaba, y ella acudía pero siempre guardando las distancias.

Poquito a poco fuí cambiándola de sitio, en el que estaba corría peligro........... las distancias entre nosotras se fueron acortando. Se acostumbró a mi presencia, me esperaba fielmente todos los días en el mismo sitio, a la misma hora. Llegaba con el coche y venía corriendo hacia mí saltando alegremente a recibirme. Cuando llegaba el momento de marcharme, me seguía detrás del coche, veía su carita triste alejarse através del cristal trasero de mi coche y yo me iba con el corazón encogido.

Nunca confió en los hombres. Los detectaba rápidamente, por muy lejos que estuvieran, entonces se marchaba. Día tras día acudíamos a la cita, puntuales. Me arrodillaba, la hablaba suavemente, le decía que existía un mundo mejor, que yo se lo enseñaría y ella me ladraba, contándome sus cosas. Le llevaba, salchichas, pienso, latas, palitos que ella se comía con placer. Luego caminábamos un rato, ella detrás, siempre detrás de mí. Llegó un momento en el que comía de mi mano, pero cualquier movimiento de aproximación la asustaba, entonces se iba enfadada, ofendida.... y ya no la volvía a ver hasta el día siguiente.

Mi presencia le llegó a ser necesaria, era el único ser humano que la hacía caso. Esa perrita me entregó todo su cariño, confió en mí plenamente. Disfrutábamos ambas de las horas que pasábamos juntas. Siendo cachorra quise enseñarla a jugar, primero con una pelota vieja que había por allí abandonada, luego le compré otra y lo pasábamos en grande. Su pelota se quedó allí en el campo cuando se fue.

Hacía tiempo que no sentía por un animal algo parecido. Pelusa me inspiraba mucha ternura, su cariño limpio y noble, me conmovía hasta hacerme llorar. Cuando cogimos a Vera, le dije a Alicia que por favor mandara la jaula-trampa. No podía seguir más tiempo allí, el entorno era muy hostil y su vida corría peligro.

RESCATE:

Su rescate no fué fácil.

Conocí a Juan, voluntario de Evolución el día 26 de enero 2010 cuando vino a mi casa a recoger a la galguita de las patas rotas, Vera. Pasaron unos días........ Me llamó el día 1 de Febrero cuando yo estaba con Pelusa dándole de comer, había venido a Santa Olalla para ver donde estaba Pelusa, creía que se encontraba cerca de mi casa, pero no era así. Le guié através del movil hasta el lugar, viendo toda la escena desde lejos. Pelusa recelaba, sabía que nos observaban y una vez que comió y jugamos un rato, se marchó. Le mostré a Juan las dificultades de seguirla, de dormirla, aquello es un campo muy extenso.

El dia 2 de Febrero recibí otra llamada suya al movil. Estaba en Santa Olalla de nuevo, donde Pelusa, me pidió que fuera para allá, no se dejaba coger ni entraba en la parcela de un señor al que yo le había colocado un perro que tenía allí y que pensaba llevar a la perrera, hizo el favor de abrir la puerta de la parcela, pero Pelusa no entraba ni dejaba que nadie se acercara nadie a ella. Sin embargo no se iba, me estaba esperando, era nuestra hora de encuentro, fue fiel a nuestra cita...

Llegué, ví la situación y le dije a Juan por teléfono que por favor se marcharan de allí. Cuando ellos hubieron salido del caminito, entré yo con mi coche y como siempre, mi querida Pelusa llegó corriendo alegre a recibirme. Me bajé del coche y con la comida en la mano, entré a la parcela, ella me siguió como un corderito ¡¡ fiel Pelusa !!. Una vez dentro, cerré la puerta y llamé a Juan... ya podían venir.

El problema estaba en que una vez dentro, empezó a ponerse muy nerviosa, de un lado a otro, recorriendo todo el perímetro de la parcela. Juan trajo a su galguita y ví la oportunidad de utilizarla de señuelo. Su galguita vino a mí, la entretuve dándole salchichas, a ver si Pelusa se nos acercaba, pero no. La parcela es muy grande, ella la bordeaba una y otra vez angustiada al verse "encerrada" y yo sabía que estaba sufriendo. Juan y su novia esperaban a lo lejos, pacientemente. Así estuvimos mucho tiempo. Ví que no conseguiríamos nada de esa forma........, le pregunté a Juan de cuánto tiempo disponían, me dijo que del que hiciera falta. Hubiéramos podido pasar el día entero sin conseguir cogerla y al final hubiera escarbado en el suelo, bajo la valla y se hubiera escapado, era experta en eso.

Me fuí a casa, cogí Calmoneosan y volví. Pelusa seguia dando vueltas por la parcela, cada vez más nerviosa, más angustiada. Le pedí a Juan y a su novia que salieran con su galguita. Me quedé a solas con ella, preparé una bolita de foiegras, eso le chiflaba y le metí las pastillas. El problema es que no quería nada, solo salir. Pasé mucho rato intentando que hiciera lo mismo de todos los días, que comiera, pero nada, iba de acá para allá, venga vueltas y más vueltas... al final y tras mucho hablarle, comió la bolita con las pastillas y dos salchichas............. ya solo quedaba esperar.........

Salí fuera de la parcela, Juan y su novia vinieron y los tres estuvimos charlando, haciendo tiempo para que las pastillas surtieran efecto. Yo no quitaba ojo a Pelusa, la veía sufriendo, pero ya no pensaba dejarla escapar. Hubo un momento en que ya no la ví. Entramos. La busqué. Se había sentado en un rincón, detrás de una pila de ladrillos. La tenía enfrente....... me miró, recuerdo las palabras que le dije: llegó la hora, Pelusa, vas a conocer otra vida, otro mundo, algún día me lo agradecerás. Perdóname por quitarte tu libertad, pero si sigues aquí, morirás.

Llamé a Juan, le dije que fuera por detrás y su novia se vino a mi lado, por delante. Pelusa pese a la soñera se levantó, y al huir, avanzó hacia nosotras que le cortamos el paso, Juan le echó la manta por detrás y ráoidamente le pusimos el lazo. Y ............. ¡¡¡¡ POR FIN !!!, Pelusa estaba a salvo... Recuerdo que besé su cabecita, ¡¡¡ tanto tiempo deseando hacerlo !!!

Luego la metimos en el coche de Juan, estaba muy asustada. Pude acariciarla, tocar su piel suave y............ marcharme llorando de emoción y tristeza. Había perdido una amiga entrañable. En cambio ella había ganado un futuro mejor. Maldije no poder quedarme con ella, no tener medios para hacerlo, hubiera sido precioso enseñarle, paso a paso, el mundo nuevo del que tanto le había hablado.

Quizá con más tiempo, pasados unas semanas, unos meses, la hubiera podido coger sin necesidad de darle pastillas, pero no podía correr el riesgo de que acabara como su madre.

Pelusa, gracias por confiar en mí, gracias por el cariño que me has dado. Ahora vienen los días angustiosos, en espera de noticias sobre tí.

MENSAJE ORIGINAL QUE DIFUNDÍ EL 02/02/2010 14:19:

Hoy empieza para ella una nueva vida.
Hoy ha sido su último día de vivir rodeada de hostilidad, soledad y abandono.
El último que ha probado mis salchichas............, hoy con sabor a sueño..........

¡¡ Cuántas ganas tenía de abrazarte y besarte a gusto, Pelusa, qué suave eres.......... !!!!
Gracias por confiar en mí un día más a pesar de tener tanto miedo. Eso te ha salvado la vida.
Adorable Pelusa, ¡¡¡ cómo voy a echarte de menos !!!, sin embargo, estoy feliz por tí.

Mañana ya no te rodeará la maldad ni la miseria.
Habrás perdido tu libertad de corretear por el campo expuesta a un tiro, a los cepos o a los palos.
Mañana ya no te echarán a patadas de ninguna parte.

Has entrado en un mundo nuevo donde vas a conocer el verdadero cariño por vosotros, los animales.

Tendrás cuidados y un hogar que nunca pudiste soñar y siempre te rodeará el amor. Así te lo deseo con todo mi corazón, pequeña mía.......
Allá donde estés, piensa que no te olvidaré jamás.

Y cuando juegues a la pelota con tus amos, piensa en mí un poquito.... tu primera pelota la tuviste en medio del campo, era vieja y rota, pero te gustó tanto, disfrutamos tanto ese día las dos !!!.
¡¡ Pues no seré tonta !! , si estoy llorando......., de alegría y de pena porque ya no te veré nunca más.
Me has hecho tan feliz otorgándome tu confianza...........

Gracias a Juan, voluntario de Evolución, por su perseverancia en venir a ayudarme. A su novia, una chica encantadora y amantísima de los animales. Los dos tienen una galga preciosa procedente también del abandono.
Gracias a ellos, a su paciencia y ayuda, Pelusa, mi terca y adorable Pelusa, va camino de su felicidad.......

Su mamá se fué con EVOLUCIÓN y ella va al mismo sitio que su mamá, a la clínica veterinaria.
Tiene una patita rota y muy inflamada.
Te quiero Pelusa.........

 
   
 
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