Te
adjunto una fotografía de mi perra y mi hijo que son inseparables.
Al igual que tú tengo muchas historias relacionadas con animales.
Intentaré hacer un resumen de esta perrita.
Para los que dicen que no pueden ocuparse de los perros: Cuando
estaba embarazada tuve que venirme a vivir a casa de mis padres,
pues sangraba constantemente, allí me encontré con
mi padre que tenía una enfermedad incurable y mi madre que
es minusválida con su perrita pero a nadie se nos ocurrió
que el perro iba fuera. (Además yo tenía la mía.).
Nació mi hijo y conoció antes a los perros que a otros
niños. Papá falleció y yo seguí en su
casa pues en la mía se inició un litigio y de momento
no puedo volver.
Mi perra tenía 14 años cuando se
quedó ciega, le fallaban los cuartos traseros y a veces se
le escapaban sus necesidades (y a nadie se le ocurrió abandonarla).
Pasa el tiempo y fallece la perrita de mis padres con 8 años
debido a un cáncer, a los 10 días muere la otra con
16 años y a mi hijo que tenía 3 le comentamos que
se habían ido al cielo con el abuelito porque estaba solo.
Ese mismo día el niño tenía pesadillas y al
día siguiente se lo pasó llorando en la guardería
así que adoptamos una perrita de una señora que los
recoge (estaba llena de garrapatas, se pasó 3 días
sin comer, temblando en su cunita) hoy en día es la hermanita
de mi hijo pues juegan y se pelean como si lo fueran, además
de defenderse mutuamente.
Si
alguien te dice que los perros no son para niños o que no tienen
tiempo, por favor explícales que no hay mejor compañero para mi
hijo que su perra y que cada día Luis (mi hijo) reza para que se
acabe el litigio y nos podamos comprar una casa con jardín y así
tener más perritos para defenderse mutuamente.
Perdona por
mi historia pero pensé que una persona de tu sensibilidad
agradecería saber que también hay perros abandonados
con final feliz.
Afectuosamente,
Alicia |